Sturmast es otro proyecto de música industrial de corte marcial que debutó de la mano de Cold Meat Industry, siempre tan atentos a todo lo que se cuece en el panorama oscuro europeo. Este novedoso grupo, del que no tenía referencias ni había escuchado tema alguno en recopilatorios, se presenta como un colectivo de músicos reales y no como el proyecto en solitario de una persona basado en la electrónica creada por ordenador. Tras esta aclaración, comprobamos en los créditos del libreto unido al digipack que Sturmast lo componen cuatro miembros con Gabor Varga al frente, siendo ayudados por otros dos músicos invitados. La inclusión de violín, tambores, guitarra acústica o cello engrandece el sonido de estos húngaros pero sería injusto pensar que por ello no echan mano de samplers o bases programadas, que sí lo hacen, y no tiene por qué significar una causa negativa a tener en cuenta, siempre que se haga con criterio sin caer en reiteraciones e ideas vacías de contenido.
Un grupo más en una escena cada vez más amplia en la que destacan algunos y otros se quedan a medio camino entre lo que desearían transmitir y lo que verdaderamente transmiten que a veces no es mucho. Cuando en relativamente poco tiempo aparecen varias propuestas con temas, simbología y sonidos similares o afines se puede caer en la tentación de no apreciar adecuadamente cada uno de los nuevos trabajos que surgen por no ver en ellos ideas y conceptos musicales que aporten frescura y creatividad a lo que ya conocemos. En este caso concreto, Sturmast tiene capacidad para sorprender con una fuerza arrolladora y en parte con unas dosis de originalidad. Con el riesgo de equivocarme diría que potencialmente da la impresión de que se puede esperar mucho más de lo que nos ofrecen, por lo que habrá que estar atentos en el futuro.
El disco arranca sin dejar tregua con “Solum ipsum” que ya en el primer minuto te sitúa dentro de la batalla, con ambientes marciales y la voz de Gabor. V., alentando al combate. A continuación, “My prayer is my inner armour”, comienza con el sonido de aviones, y con la misma agresividad del anterior; una pieza demasiado cargada que da paso a un tercer corte más instrumental. “The big play” se desarrolla entre guitarras acústicas con la voz en un segundo plano suavizándose el sonido pero sin olvidar en ningún momento el carácter militar. Puede venirte a la cabeza por unos instantes la música de Karjalan sissit en el aspecto vocal (en mi opinión, uno de los puntos por perfeccionar), o de Toroidh en la instrumentación, loops y samplers. Leyendo los textos de las canciones traducidos del húngaro al inglés incorporados en el cd, comprendemos aún más la intención de trasladar al oyente la sensación de conflicto bélico y de victoria en la batalla. Así ocurre en “Veni vidi vici”, una exhaltación de la lucha entre vítores y arengas militares, bien acompañado de una correcta percusión. Es en éste y en el último corte, uno de los mejores, donde más se puede apreciar aquello dicho al principio sobre la variedad instrumentación que Sturmast añade a sus composiciones, para terminar con un extracto de una bella y melancólica canción de épocas pasadas y tiempos de guerra que pone el broche final. 7,8.
Un grupo más en una escena cada vez más amplia en la que destacan algunos y otros se quedan a medio camino entre lo que desearían transmitir y lo que verdaderamente transmiten que a veces no es mucho. Cuando en relativamente poco tiempo aparecen varias propuestas con temas, simbología y sonidos similares o afines se puede caer en la tentación de no apreciar adecuadamente cada uno de los nuevos trabajos que surgen por no ver en ellos ideas y conceptos musicales que aporten frescura y creatividad a lo que ya conocemos. En este caso concreto, Sturmast tiene capacidad para sorprender con una fuerza arrolladora y en parte con unas dosis de originalidad. Con el riesgo de equivocarme diría que potencialmente da la impresión de que se puede esperar mucho más de lo que nos ofrecen, por lo que habrá que estar atentos en el futuro.
El disco arranca sin dejar tregua con “Solum ipsum” que ya en el primer minuto te sitúa dentro de la batalla, con ambientes marciales y la voz de Gabor. V., alentando al combate. A continuación, “My prayer is my inner armour”, comienza con el sonido de aviones, y con la misma agresividad del anterior; una pieza demasiado cargada que da paso a un tercer corte más instrumental. “The big play” se desarrolla entre guitarras acústicas con la voz en un segundo plano suavizándose el sonido pero sin olvidar en ningún momento el carácter militar. Puede venirte a la cabeza por unos instantes la música de Karjalan sissit en el aspecto vocal (en mi opinión, uno de los puntos por perfeccionar), o de Toroidh en la instrumentación, loops y samplers. Leyendo los textos de las canciones traducidos del húngaro al inglés incorporados en el cd, comprendemos aún más la intención de trasladar al oyente la sensación de conflicto bélico y de victoria en la batalla. Así ocurre en “Veni vidi vici”, una exhaltación de la lucha entre vítores y arengas militares, bien acompañado de una correcta percusión. Es en éste y en el último corte, uno de los mejores, donde más se puede apreciar aquello dicho al principio sobre la variedad instrumentación que Sturmast añade a sus composiciones, para terminar con un extracto de una bella y melancólica canción de épocas pasadas y tiempos de guerra que pone el broche final. 7,8.
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