lunes, 31 de agosto de 2009

DIE WEISSE ROSE. A MARTYRIUM OF WHITE ROSES.


Me parece realmente importante y necesario dentro de un estilo concreto de música el hecho de que surjan nuevas formaciones que tomen el relevo de viejas glorias, que desarrollen las bases de la música industrial marcial para poderla dirigir a distintos parámetros. En definitiva que se pueda hablar de un presente y un futuro, por méritos propios y disfrutar de discos actuales como si fuera de antiguos clásicos que nos parecían incomparables. Este primer disco de Die weisse rose ha colmado todas las expectativas que habían ido creándose a pesar de la interminable espera que ha ido sufriendo este debut hasta poder ver la luz a través de Cold meat industry. La temática en torno a la que gira este proyecto, liderado por Thomas Bøjden, es puramente histórica y se detiene como indica su nombre (La rosa blanca) en la organización que surgió como respuesta al nazismo imperante y a los crímenes e injusticias de dicha época, personalizados en la figura de Sophia Scholl como cabeza visible de aquella resistencia. Musicalmente el disco sabe aprovechar este período de luchas, de guerras, y sobre todo del dolor sufrido por defender unos principios e ideales legítimos. El veredicto de la pena de muerte contra los miembros de la rosa blanca plantea desde el inicio el trágico recorrido del disco, que muestra en este primer tema, “A martyrium of White roses” la ambientación marcial creada sobre un fondo de órgano al que se suman paulatinamente leves percusiones y la voz de de T. Bojden recitando sus propias letras así como textos extraídos de poetas y dramaturgos tan célebres como L.F.Céline, Hermann Hesse, Goethe o Ezra Pound. La siguiente pieza, “Im niebel”, continúa en la misma línea de órgano y samplers que podría recordar, por momentos, al inigualable proyecto francés Les joyaux de la princesse. El dramatismo heroico continúa la línea ambiental e incluso neoclásica con “The solitary volcano”, al que se incorpora magistralmente el sonido de un violín interpretado por P. Fedl. Cabe destacar que, salvo algunos retoques y colaboraciones añadidas de acordeón, violín y otras percusiones, la totalidad de las composiciones así como las voces e instrumentación corren a cargo de T. Bojden. La primera mitad del álbum se cierra con “Letzter wille”, la composición más ambiental de las ocho aquí recogidas, antesala del sonido más postindustrial, marcial y con mayor predominio de percusiones que se percibe con “Unser Leben Geht Dahin Wie Ein Geschwätz”, atisbando cierta influencia de los suecos Ordo Rosarius Equilibrio. La melodía de la siguiente canción, “At the doorsteps of our temple” va a quedar grabada en la conciencia colectiva de muchos de los seguidores de este proyecto danés como uno de los ejes fundamentales del álbum, con unas notas de piano que evocan la nostalgia de aquel período de guerras. El sonido de unas teclas de una máquina de escribir mecánica de dicha época introducen el tema “Nicht schuldig” donde las voces claman con fuerza entre samplers lejanos y potentes percusiones que reaparecen dominando el ritmo de la composición. La melancolía conmemora el final del disco con el último corte, “As the last of the rose petals are shattered” cuando la esperanza se ha desvanecido y solo permanece la soledad y el apesadumbrado recuerdo de aquel momento del pasado que ha sabido plasmar con esplendor T. Bojden durante los 37 minutos de este álbum que apenas deja de sonar ya estoy pensando en volver a darle la vuelta al vinilo. La edición se presenta, con el mismo detalle y cuidado, en digipack y vinilo en tres colores diferentes, negro (333 copias), verde (133 copias) y blanco (133 copias). Un álbum para sentir y escuchar a fondo, observando cada detalle de esta obra esencial e imprescindible. 9,4.

2 comentarios:

PAYMON dijo...

Uno de los mejores discos que he escuchado en mucho, muuuucho tiempo ¿No te parece que no le falta ni sobra absolutamente nada? A mí me parece un ejercicio de estilo y equilibrio sublimes ¡Maravilloso!

Lampir dijo...

Lo has resumido muy bien, no le falta nada. Realmente transmite mucho este álbum. En mi opinión, de lo mejor de este año!