jueves, 4 de marzo de 2010

PERSONA. RUÏNES.


Este último y esperado disco de Persona me despertaba un gran interés después de haber ido atrapando nuestra atención y posterior admiración con unos comienzos prometedores que ofrecían amplias opciones de desarrollo para lograr un disco que confirmara plenamente lo expuesto en distintos trabajos y numerosas aportaciones en recopilatorios que han ido sobreviniendo en los últimos años. Que mejor forma para poner de manifiesto todo el talento musical de este dúo barcelonés, que un álbum de larga duración, prácticamente 80 minutos, que ha dado cabida a mostrar las distintas facetas musicales de Persona, acercándose a distintos estilos ya sean noise, dark ambient o marcial pasando por el neoclasicismo y la música etérea. Sería tremendamente difícil derterminar cuál es el género más influyente y predominante en este nuevo álbum, tan sólo el tiempo nos podrá aclarar el recorrido de Persona y si en un futuro se ubicará de forma más definida en un estilo concreto. Respecto a anteriores trabajos, parece haberse ampliado su campo de actuación más allá del noise, industrial o dark ambient para dar mayor protagonismo a la dulce voz de Desirée y un mundo neoclásico hasta ahora parcialmente inexplorado, que irradia luminosidad a una vertiente sentimental que se evidencia en temas como “Ruïnes somniades”, “Le chemin de l´hermite”, espectacular composición en que el firme recitar se distingue sobre un fondo musical de órgano y coros clericales o “Dia dhivern”, con el que se adentra en ambientes sacros, reservados a la espiritualidad mística. Sin embargo, junto a estos pasajes de calma emocional, la mayoría de los temas responden principalmente a una línea industrial más ruidista que se extiende en profundidades insondables que desvelan experiencias recónditas e íntimas, observadas en cortes como “Zarathustra”, “Autopsia”, obsesiva entre ejecutoras percusiones, “Wir muessen” de angustiosa placidez en la distorsionada voz de Oscar, o la fantástica y reiterativa “Shi” que te atrapa en un delirio apoteósico que conduce al noise-industrial. Las posibilidades musicales que comprende este disco son infinitas dentro de la inquietante oscuridad que presenta Persona, creando unos ambientes desconocidos, alejados de un fondo visible y por tanto, dando una gran personalidad al sonido de este proyecto, que no está desprovisto, precisamente, de connotaciones rituales o ambientales para desarrollar un tema tam amplio como las ruinas, el título y concepto de este álbum. En este sentido otro aspecto a destacar sería la inclusión de samplers y bases industriales en una onda marcial tal como se advierte en “Preussischer stolz (reprise)”, originalmente aparecida en la recopilación “Tribute to tthe dead soldiers, vol II” o simplemente para intuir el ocultismo experimental que puede encerrar un estilo dark ambient en “Memòria”. Por si todo esto fuera poco, el disco recorre una amplia visión artística, no sólo musical, que se muestra en influencias literarias o filosóficas en los textos o en el diseño que ilustra la portada y esmerado libreto que incorpora el digipack. Finalmente su propio sello, Marbre negre, ha publicado además de la edición normal en digipack, otra en caja limitada a 22 copias, que incluye cuatro fotos sobre cartulina acordes a la concepción de las ruinas y una muestra de tomillo seco, para impregnar de todo su olor esta obra completa que supone el mejor álbum de Persona hasta la fecha. 8.5.

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