Dentro del limitado panorama español que intenta concebir propuestas de carácter ambiental, se encuentra Eldar, uno de los pocos representantes nacionales que apuestan por desarrollar, con ideas propias, un estilo como el dark-ambient. Escaso arraigo, por desgracia, ha tenido este tipo de planteamientos dentro de nuestras fronteras, no sólo por aquellos que han decidido dar forma a proyectos de este tipo sino también por el exiguo apoyo y seguimiento de público que respaldan a los mismos. Abrirse paso con estos precedentes no es fácil, por ello conviene hacer constar el empeño de quienes mantienen activa la pretensión de hacer realidad una música realizada por y para minorías. Si el resultado, como en este caso, es realmente positivo la satisfacción aún es mayor. Como ya señalamos hace unos meses, Eldar es un proyecto procedente de Barcelona que realiza una música ambiental e industrial de corte experimental, y al igual que ocurrió con su anterior cdr, “Ama terasu”, ha vuelto a publicar con el sello alemán Skullline, de forma muy limitada (tan sólo 100 copias), este último trabajo, “Solve et coagula”. En los últimos años, esta discográfica germana totalmente underground ha ido acogiendo a buena parte de grupos independientes, muchos de ellos con características comunes, y de vez en cuando nos sorprende con algún que otro nuevo descubrimiento. Con ellos Eldar ha materializado sus dos últimos discos, con muy poco espacio de tiempo entre ellos, aunque suficiente como para apreciar algunas diferencias entre ambos. Respecto al dark-ambient más clásico de su anterior “Ama terasu”, Eldar amplia su universo musical con multitud de influencias del industrial más experimental junto a elementos de orientación marcial. En este sentido, “Solve et coagula” es una continuación de su predecesor con mayor presencia de percusiones y voces parcialmente tratadas que, adecuadamente integradas, llegan a manifestar sensaciones y percepciones profundas. En realidad algunos de los temas no son completamente nuevos como “Yaicoa Flintz”, “Dibus Deabus” ó el excelente “Vagadonnaego adar”, al haber sido ya incluidos en su anterior álbum. Entre los inéditos hasta ahora, los hay de carácter ritual como “Saur vul”, por medio de bases ambientales y percusiones reiterativas, ó “Tagotis ilia”, más inquietante aún creando una composición oscura a la que se incorporan samplers con voces. También hay lugar a la marcialidad y al heroísmo con “Baraeco sin”, uno de los temas más representativos que resumen todas las buenas virtudes de Eldar. El sonido industrial no deja de estar presente en muchos de los temas alternando las secuencias, sonidos ó samplers y cesando los pasajes más calmados para ocasiones puntuales que también tienen su momento como en “Frouida ana”. En definitiva, un disco muy recomendado y variado con un amplio margen para poder desarrollar cada oyente, libremente, las ideas plasmadas en estas diez canciones. 8,3.
miércoles, 25 de febrero de 2009
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