lunes, 16 de marzo de 2009

ORPLID. GREIFENHERZ


Uno de los grupos más importantes dentro de la renovada escena neofolk ha sido siempre Orplid, tanto en sus inicios hace ya más de una década donde se gestaban los nuevos aires del sonido darkfolk como en la actualidad, alejados de aquel concepto y despreocupados de encasillamientos estilísticos. Escuchando este nuevo disco uno se da cuenta del extraordinario cambio y evolución de estos alemanes, y lo diferente que suenan aquellos primeros trabajos del sonido actual. Evolución bien entendida, sin abandonar por completo unas ideas musicales que se adaptan al momento presente siempre con un mismo hilo conductor, donde confluyen variedad de estilos y de sensaciones. Pueden gustarte más o menos pero no se puede negar la capacidad y el talento de unos artistas que han ido variando el estilo, pero no la personalidad. En esto tiene mucho que ver el carácter de Uwe Nolte con una voz que se mantiene sobria y firme, tal vez menos aguerrida que hace unos años, sabiéndose adaptar en cada momento a la tonalidad adecuada que requiera cada tema. Dicho esto, voy a dar mi opinión sobre este disco que me parece realmente bueno, muy variado en el que se percibe el grado de madurez de la banda, desarrollando muchos aspectos de su música que antes no eran conocidos. Por el contrario, aquellos primeros años de Orplid, más concretos y primarios, fueron espléndidos con un disco de debut inigualable, un mini cd y otros dos vinilos en 10’’ rozando la perfección y un segundo disco, “Nächtliche Jünger” que mantenía el altísimo nivel de sus trabajos. Debo reconocer que sigo apreciando a Orplid y disfruto con todos sus discos, si bien aquella primera etapa quedó grabada en mí como referencia del neofolk del que tanto se ha hablado después y de tantos grupos que les han seguido repitiendo esquemas muy parecidos. Centrándonos en este nuevo trabajo, es difícil señalar todos los detalles que contiene, no sólo en lo musical sino también en las letras e inspiración mitológica, histórica así como lírica ya que éste disco adapta textos de Frank Wedeking ó Rolf Schilling. Las canciones van variando del folk acústico a la electrónica y del neoclasicismo al industrial más marcial. Los hay instrumentales, que son de lo mejor de todo el disco, otros temas dominados por el mando vocal de Uwe Nolte, a veces con coros y algunas más apoyados por la voz femenina de Sandra Fink. Para mi, los mejores son “Lucifer”, “Myrmidonenklage” ó “Schalf im Mohn”, donde mejor se demuestra la fortaleza de Orplid (no serían los mismos cantando en inglés), con interesantes percusiones y un uso de la electrónica muy particular. El disco finaliza de la misma manera con la que se iniciaba en “falten-eid II”, pausadamente con un dulce recitar sobre un fondo de guitarra acústica, mostrando la facilidad para alternar los ambientes desalentados con el pop más oscuro. Resumiendo este “Greifenherz” es un álbum para disfrutar y escucharlo en situaciones muy distintas, sugiriéndote sensaciones de todo tipo, experimentando distintas posibilidades y mejorando notablemente su anterior “Sterbender Satyr”. 9,1.

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