lunes, 21 de junio de 2010

STURMPERCHT. SCHATTENLIEDER.


Retomando la senda de su anterior “Geister Im Waldgebirg”, se presentaba el esperado nuevo álbum de Sturmpercht, pioneros del llamado folk alpino que tantos seguidores ha ido ganando en los últimos años con el alzamiento de numerosas bandas de similares características. De entre todas ellas no cabe duda, menos aún tras escuchar este trabajo, que Sturmpercht es su mejor representante tanto en el contexto desarrollado, íntimamente ligado a la naturaleza, usos y tradiciones propias, como en lo estrictamente musical donde no faltan gran cantidad de instrumentos y complementos habituales del medio salvaje que habita en el ambiente mágico de la montaña. Al margen de apreciaciones personales, la aportación de estos austriacos se ha ido reforzando con la inclusión de un nuevo miembro, Waldwuudz (Vinterriket, Nebelkorona o Atomtrakt entre otros), de la misma forma en que se incorporaba A. Frank (Hanns Aufschring) en el anterior álbum, así como en un sonido que ha sido mejorado en la producción respecto a anteriores ocasiones. Con todo ello, la banda ha ganado en experiencia y madurez, y pese a sus detractores, sus componentes demuestran una importante cohesión y entendimiento, creciendo al mismo tiempo como músicos, lo que no impide que puedan servirse de todo tipo de artilugios, aperos y aderezos que se identifican con la propia naturaleza y el folclore tradicional de los Alpes. Estas canciones de sombras penetran en las profundidades de los bosques, acercándonos el espiritu latente que coexiste entre antiguos mitos y leyendas. Se trata, en su mayoría, de composiciones de fuerte arraigo en el nuevo folk europeo, de carácter alegre y jovial en determinados momentos (“Wolfsschlucht”), para tornar misterioso y mágico (“Der wolpertinger”), según requiera la situación. En el comienzo del álbum destacan dos aspectos, la inclusión de una nueva versión del clásico “Der tanz des Tatzelwurms”, primer single de la banda en 2003, y, por otra parte, la activa participación de Gerhard Hallstatt, como propio integrante de la banda, en algunos temas característicos que recuerdan inevitablemente a su proyecto personal en “Allerseelen”, inclusive adaptando en “Salamanderschnaps” una antigua canción del mismo Gerhard H., mejorada con la colaboración de Meri Tadic (Irij) en el violín. En completa armonía con la naturaleza, se sitúan algunos temas como “Tannenwichtel” o “Novembervoid”, ambientado con el sonido que emiten los propios animales y una bella melodía acompañada de guitarra acústica, uno de los principales instrumentos de este trabajo, que vuelve a ser protagonista en grandes interpretaciones de neofolk en “Auf den schwingen der stuerme”. El dulce recitar nos acompañará en un buen número de canciones, rescatando valores ancestrales y antiguas usanzas, entre las que se encuentra “Nachtfratzen”, donde cuentan con la colaboración de Árnica, o “S jagagstanzl” que invita a la danza popular, respaldada por la melodía pegadiza del acordeón y entusiasta voz de Max Percht. En cada tema se descubre algo llamativo, algo que vuelve a sorprendernos en creatividad y variedad, predominando, en el conjunto de los 20 temas, el espíritu mágico que surge al anochecer entre los Trolls de montaña y Diablos de los bosques. Junto a la edición normal del Cd y la del doble vinilo limitado a 500 copias, se realizó un box, previa suscripción a 177 unidades, en el que se incluían nueve típicos instrumentos musicales de Sturmpercht para que todos sus seguidores pudieran realizar su propia interpretación o versión de sus temas, y una cuarta cara del vinilo con seis temas, únicamente incluidos en esta edición. De los mismos, destacan “Der Untersberg”, una balada folk de armonía indiscutible para relajarse y tumbarse al aire libre o la animada “Weißt Du, Wohin Wir Ziehn?” (conocida por su inclusión en su álbum "A wilde zeit"), una de sus mejores aportaciones al folkore oscuro. En síntesis, este “Schattenlider” es un excelente trabajo de una formación singular e imprescindible en los últimos años. 9,2.

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