sábado, 18 de septiembre de 2010

ACROSS THE RUBICON. WHO DOESN'T LISTEN TO THE SONG WILL HEAR THE STORM.


Con cierto retraso respecto a su lanzamiento me decidí a encargar al sello Rage in Eden el segundo álbum de Across the rubicon, la formación compuesta por Marcin Bachtiak (Cold fusion) y Robert Marciniak (Rukkanor). Por suerte para mí, la edición limitada del álbum en caja de madera no estaba agotada, tan sólo 100 copias, por lo que no dudé en reservar un ejemplar de este cuidado box realizado a mano que incluye 12 postales en tonos arena del desierto. Aquellos seguidores del más puro industrial marcial deben estar más que satisfechos con este cd, sobresalen todos los elementos característicos y culminantes de un encuentro bélico, todo ello respaldado de orquestaciones clásicas y pasajes ambientales. Nada tiene que envidiar a grandes clásicos de la discografía de Arditi, Toroidh o Triarii, sus temas discurren entre la plena intensidad marcial de potentes percusiones (“Hic vivi taceant hic mortui loquuntur”) y el parsimonioso recitar sobre fondos apocalípticos (“Marching at home”). Tal vez sea ésta una de las facetas mejor desarrolladas en este trabajo, su ejemplo más destacado lo encontramos en los coros triunfales que sirven de proyección al mencionado recitar (“Popies”), recordándome la unión en TriOre de las exhaltaciones marciales y la melodiosa voz de Tomas Pettersson. Existen otros momentos intermedios, no menos interesantes, dominados por samplers militares y el estruendo que desprende el estallido de una batalla (“Gallipoli”), dejando levemente paso a instantes ambientales y neoclásicos, con continuos redobles marcado por el discurso de antiguas grabaciones (“Aut vincere aut mori”). A pesar de no perder ni un ápice de vehemencia e insistencia en reiterar esquemas, el disco transcurre rápidamente y no deja de mostrar la magnitud bélica y sus acometidas, de hecho sus dos últimos temas (“A moth ot a flame” y “Mors est quies viatoris finis est omnis laboris”) hacen un resumen en síntesis de los himnos victoriosos que rememoran la crudeza y efectos desoladores de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) en la que se han inspirado los creadores de este brillante trabajo, uno de los mejores dentro del género en el 2010, que no puede pasar por alto para los apasionados del industrial marcial. 8,8.

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