¡Qué buen rato pasamos el viernes en el concierto de Ô Paradis! Al igual que en sus discos, su música también te atrapa en el directo con esa forma personal de expresar un mundo tan íntimo y particular, que recorre una travesía independiente, al margen de cualquier tipo de moda. Por eso se hace tan difícil explicar todo lo que transmite Ô Paradis, único en su propia categoría por el lirismo de sus canciones, con unas letras de poeta disimulado en el que el sentimiento, el dolor y el desamor exploran su propio porvenir. Acompañados por Escama Serrada llegaban a la sala La Boite de Madrid, donde el proyecto de Sergio Méndez abría el telón para desplegar toda su fusión de sonidos. Su mini cd “La reina está mala”, incurre en la música experimental y mucho más lo hizo en directo, sumando el ruidismo necesario para trasladar su ensayo dadaísta y surreal. Un estilo igualmente inclasificable que por algunos momentos parece acercarse al industrial, creando el ambiente apropiado para dar el relevo al protagonista de la noche, Demian Recio. Las melodías de
Ô Paradis empezaron a sucederse unas a otras, teniendo en cuenta la amplísima trayectoria que acumula, abarcando los temas más representativos como “Cuerda”, “Paraíso perdido”, “Sexo a la luna”, “Por cuidar de mí, amor”, “El astro rey”, “Mejor que la muerte” o “Our black bird” del proyecto Les paradisiers, compartido con Thomas Nöla, entre otras muchas canciones. Con tan solo una guitarra y batería, la personal voz de Demian se mostraba cercana y desligada de tendencias, de darkfolk o pop oscuro, sin exigirse una sincronización perfecta porque la naturalidad improvisada, en ocasiones, es igualmente uniforme. Por desgracia, pese al precio de 8 euros por entrada, no se respondió en cuanto al número de asistentes a las expectativas deseadas, limitándose la actuación para una audiencia escasa; más barato parece difícil organizar un concierto. Por la iniciativa de un concierto distinto y necesario después de tanto tiempo sin ver a Ô Paradis en vivo, es obligado dar las gracias a quienes se encargaron de montar este directo.
Ô Paradis empezaron a sucederse unas a otras, teniendo en cuenta la amplísima trayectoria que acumula, abarcando los temas más representativos como “Cuerda”, “Paraíso perdido”, “Sexo a la luna”, “Por cuidar de mí, amor”, “El astro rey”, “Mejor que la muerte” o “Our black bird” del proyecto Les paradisiers, compartido con Thomas Nöla, entre otras muchas canciones. Con tan solo una guitarra y batería, la personal voz de Demian se mostraba cercana y desligada de tendencias, de darkfolk o pop oscuro, sin exigirse una sincronización perfecta porque la naturalidad improvisada, en ocasiones, es igualmente uniforme. Por desgracia, pese al precio de 8 euros por entrada, no se respondió en cuanto al número de asistentes a las expectativas deseadas, limitándose la actuación para una audiencia escasa; más barato parece difícil organizar un concierto. Por la iniciativa de un concierto distinto y necesario después de tanto tiempo sin ver a Ô Paradis en vivo, es obligado dar las gracias a quienes se encargaron de montar este directo. 
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