viernes, 1 de agosto de 2008

SVARROGH. TEMPLE OF THE SUN.


Si hubiera que destacar alguna desconocida formación como revelación del 2007, señalaría sin ningún tipo de duda a Svarrogh. En este año editaron su debut para el sello austriaco Ahnstern, titulado “Balkan renaissance”, y unos meses después, este magnífico minicd de tres canciones que supone un paso más de calidad en la carrera de estos búlgaros, que para ser más justos, tienen detrás de estas dos magníficas publicaciones, otros tantos discos, splits y Eps con una orientación musical notablemente diferente a la actual. El cambio de estilo desde el black metal en sus inicios con guiños al dark ambient finalizó este 2007, con un folk experimental fuertemente influenciado por las raíces paganas y el folklore búlgaro. Por ello, considerarlo como una revelación no es del todo cierto por su trayectoria anterior, pero si que lo es para los que nos apasiona el folk oscuro hecho con sentido y con un trasfondo cultural que enriquece el conjunto como un todo.
Svarrogh es el proyecto en solitario de Dimo Dimov que se deja acompañar en los directos por otros dos componentes, y que para este “Temple of the sun”, ha contado con la extraordinaria colaboración de Gerhard de Allerseelen y de B. Ardo & Rangel de Sangre Cavallum, entre otros. El listón se había colocado muy alto con aquel “renacimiento balcánico”, que sin meter mucho ruido se fue haciendo hueco, dándose a conocer y consiguiendo seguidores que no creo que se hayan visto defraudados por este nuevo trabajo, intenso y brillante que te encandila con el ritmo de guitarras y suaves mandolinas que han dado a Svarrogh una seña de identidad.
El primer tema, “temple of the sun” comienza con una melodía delicada y un ambiente creado por sintetizador que alcanza con la acústica de las mandolinas y la voz grave, en ocasiones, gutural del cantante su máximo cenit, todo ello en perfecta armonía con la ambientación solemne y la atmósfera contagiosa de la pieza. La siguiente es “Der honig der grauen stadt”, quizás el menos brillante de los tres pero igualmente interesante, con mayor énfasis en la guitarra que encuentra aquí su mejor momento para dar paso a elementos que recuerdan levemente, por unos instantes, al black metal, practicado en sus primeros años. Si no te gusta dicho estilo no tienes por qué preocuparte, se trata, tan sólo, de unos pocos ramalazos que se encuadran perfectamente en el contexto musical desarrollado que combina magistralmente, como lo hizo ya en “Balkan renaissance”, la poesía búlgara con el folklore oscuro. Para el final queda lo mejor del álbum con “Weeping giant”, un tema de nueve minutos en el que se nota la colaboración de los cada vez más grandes “Sangre Cavallum”, que aportan inconfundiblemente el misterio portugués a una canción oscura con un fondo sucio de guitarras y percusiones. Ocultismo y ritual para terminar un trabajo ecléctico que aborda diferentes estilos siempre desde un prisma multicultural, no en vano todos los distintos artistas invitados prestan su voz en su idioma natal. Muy recomendable. 9,0.

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