“Touch yourself”…, es lo primero que se oye al iniciar este disco, enteramente dedicado a la masturbación, como indica su título y la idea en torno a la que se ha concebido este último trabajo de O.R.E. Debido a una incomprensible censura y en consecuencia, con cierto retraso respecto a las fechas previstas inicialmente, se publicó tardíamente este nuevo disco en tres formatos distintos, a cada cual más interesante. Vinilo blanco, cd-box con dvd extra dedicado al tema “Glory to thee my beloved masturbator” y finalmente Lp Picture con poster sensual de la pareja. La pretensión del grupo era la de incorporar imágenes explícitas y sexuales, para lo cual recabaron la colaboración de todos los fans más atrevidos que podían participar con fotos propias, sin tabúes, e integrar dichas imágenes en el trabajo artístico que debía completar el aspecto músical. Ésta era la intención inicial y cosa distinta ha sido el resultado que se ha limitado mucho más a intuir y sugerir esta práctica onanista; la primera impresión que desprende este octavo trabajo del grupo es la de haber moderado los ritmos apocalípticos, plegados a un segundo plano en favor de la sensualidad más pausada de tranquilas melodías. A medida que se escucha más detenidamente este disco, se van apreciando todos los detalles, la proyección erótica de sus ambientes y las caricias sonoras que salen de los labios de Tomas Petersson y Rose Marie-Larsen. Seguramente a más de uno pueda resultarle menos brillante este “Onani”, y es posible que, ciertamente, no sea su mejor disco hasta la fecha, sin embargo sus canciones siguen manteniendo la esencia de O.R.E., con todos los elementos que les hacen únicos como sus sugerentes letras, las obsesiones sexuales de siempre y el placentero disfrute de todos los deseos y emociones que el hombre disfruta, a veces, sin tener conciencia de ello. Un disco muy compacto y coherente, que merece ser escuchado sin pausas, con atención a todos sus temas, siendo algunos de mis favoritos los siguientes: sublime es “Can You Hear The Devils Laughing? (Or Is It Just Me)”, que parece retomar el espíritu de sus primeros discos, algo que echaba de menos y que te devuelve a la primera etapa como Ordo equilibrio. “(Remember) what you sow is what you reap”, un tema típico de T. Petersson que recita con atractiva calma sobre un fondo melódico; también hay momentos reservados a las bellas notas de teclado, percusiones sencillas y alguna guitarra acústica más folk como en “I will even after the flowers are gone”. Otra composición que destaca sobre las demás es “Amore rosso, amore marrone e amore nero”, donde se recupera el tono apocalíptico y ritual de sus últimos discos, con la colaboración de Marco Deplano (Foresta di ferro, Wertham) recitando enérgicamente un texto en italiano. No creo que este álbum suponga ningún cambio de dirección en la trayectoria de O.R.E., sino más bien una muestra de su versatilidad, retomando lo mejor de discos tan dispares como “Apocalips” o su doble “Make love and war”, tal vez apocaliptic pop como podría referirse, en cualquier caso un álbum cautivador, que no se estanca en el sonido habitual de la banda. 8,2.
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