jueves, 19 de noviembre de 2009

DER BLAUE REITER. NUCLEAR SUN.


Después de aquel espléndido segundo trabajo “Silencis”, publicado en 2008, Der blaue reiter asume el difícil desafío que supone afrontar un nuevo disco que, al menos, mantenga la misma línea y nivel de su predecesor. En términos generales este tercer álbum alcanza un grado de madurez importante, demostrando cualidades más que sobradas para facturar un trabajo compacto, sin apenas fisuras que consolida a DBR como uno de los mejores proyectos internacionales de la escena ambiental. En estos últimos años, Sathorys Elenorth y Lady Nott se han labrado una trayectoria impecable marcada por excelentes trabajos tanto en Narsilion como en DBR. Aún siendo ambos proyectos excepcionales, desde una perspectiva totalmente personal, creo que con Der Blaue reiter están logrando los mejores resultados, con un campo de actuación mucho más amplio que les permite crear composiciones que oscilan entre el neoclasicimo ambiental y el industrial de corte marcial. Con “Nuclear sun”, se profundiza en uno de los acontecimientos más trágicos de la historia reciente, como es el desastre de la central nuclear de Chernobyl (1986), dividiéndose el cd en tres partes diferenciadas al que antecede un prólogo, dedicado a los niños de Chernobyl donde se puede escuchar un extracto de "Katyusha", esa canción popular rusa que nos introduce en este trágico suceso que afectó sobre todo a la población de Ucrania y Bielorusia de la antigua Unión Soviética. Aunque en este trabajo la incorporación de samplers no es tan frecuente, en ocasiones como ésta hay que ir con pies de plomo para no herir sensibilidades en un disco conceptual dedicado a las víctimas de aquélla catástrofe, en su mayoría ucranianos, con una canción política y de propaganda rusa correspondiente al período de la Segunda Guerra Mundial. En lo estrictamente musical, la mayoría de las composiciones son instrumentales, salvo algunos cortes cantados a dúo por sus componentes como “Radioctive”, donde resalta el uso de percusiones que se acompasan al ritmo en que sucede el lento recitar o en “The fall of Light”, el tema con mayor tirón en las primeras escuchas. Por otra parte, uno de los puntos fuertes de este trabajo es el dinamismo de las canciones que te transportan por miles de sensaciones, ahondando, en su mayoría, en la tristeza y melancolía que denotan algunos pasajes como “The Last Days Of Pripiath” o “Walking into the abyss”, donde una vez más brilla con luz propia el sonido del violín de Lady Nott. El tercer y último episodio comienza con una visión más oscura y apocalíptica en “Nuclear sun”, al que le siguen piezas de corte neoclásico, destacando el trabajo realizado en los teclados, alcanzando cotas muy altas de creatividad en la composición. El álbum acaba de manera espléndida, atisbando en la nostalgia un final esperanzador, con un cierre en memoria de las víctimas de aquella catástrofe, y el mismo sampler utilizado en el comienzo del cd. Poco más puedo añadir de un disco que rebosa creatividad, frescura y talento, convirtiéndolo en un trabajo fundamental y de obligada adquisición. 8,9.

No hay comentarios: