viernes, 7 de noviembre de 2008

BAIN WOLFKIND. WASTELAND

En estos días se presenta el nuevo disco de Bain Wolfkind, “THE SWAMP ANGEL”, un punto decisivo en su irregular carrera que tiene la oportunidad de mejorar para realizar composiciones más interesantes y obtener mejores resultados de los mostrados hasta ahora. Cualidades y buenas ideas se intuyen, en ocasiones, pero le ha faltado mantener esa buena línea positiva en sus baladas y rock psicodélico. A la espera de escuchar este nuevo álbum, comento lo que me pareció su anterior mini-cd.



Este último trabajo del australiano se publicaba a través del sello Hau ruck, del que no mucho se puede reseñar, salvo las pocas virtudes que afloraron a cuenta gotas en sus anteriores singles y en su único álbum de larga duración. Reiterándose en la misma fórmula de rock y lounge vicioso de sociedad purulenta y bajas pretensiones, las cuatro canciones del mcd se suceden al ritmo lento y tedioso que B. Wolfkind imprime con la voz ronca y seca que desprende el sabor a cigarrillos y alcohol de medianoche. A veces se compara la música de B. Wolfkind con la de Nick Cave o Leonard Cohen, lo cual me parece un halago muy aventurado para el escaso bagaje musical aportado por Bain hasta ahora en relación con la extensa y exitosa carrera de dichos genios. De los cuatro nuevo cortes que integran “Wasteland”, cabe destacar el primero de ellos, “Butcher’s daughter”, el más correcto y menos depresivo, con una bonita guitarra acústica bien ejecutada y la característica voz cruda y áspera haciendo el resto. Los tres siguientes resultan menos atractivos debido, en parte, al tedio soporífero que se impone en mayor medida de lo que sería deseable, con efectos de guitarra, slide e influencias del blues o country. Un cóctel que resulta difícil de digerir para los que se acercan por primera vez a Bain Wolfkind y un escaso estímulo musical para los que ya le conocíamos. 6,3.

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