sábado, 6 de junio de 2009

ULVER. SHADOWS OF THE SUN.


Cada nuevo disco de Ulver es una incógnita a desvelar que normalmente no suele dejar decepcionado al oyente por más que se reinventen en su sonido, llegándose a encontrar a sí mismos en la elevación del alma musical de tres artistas que trasciende lo terrenal y lo mundano. Con tal incesante revelación personal propuesta por estos nórdicos en todos sus trabajos, no es fácil descubrir la totalidad de los aspectos que les llevan a componer canciones tan melancólicas, oscuras y trágicas. Lo que si es indudable es la inclinación hacia el paganismo en toda su discografía, con unos inicios orientados hacia el black metal (todavía algunos de sus viejos seguidores siguen rasgándose las vestiduras por el cambio musical que decidieron tomar), más tarde transformado en metal progresivo con infinitud de retales acústicos, electrónicos o ambientales, pasando por bandas sonoras que les permitieron siempre esa libertad de perspectivas para desarrollar el ingenio y disposición de unos músicos que no se conforman con realizar buenos discos sino que aspiran siempre a experimentar nuevas fronteras. Quizás con este “Shadows of the sun”, se haya culminado el ansia por superarse, por ampliar miras y reincidan, para el futuro, en la fórmula empleada en este último trabajo. Lo digo más bien con el deseo que con la certeza porque sólo ellos saben cual será la línea musical a seguir en venideras obras. Supongo que habrá gustos y preferencias de todo tipo, la mía es destacar este cd que aquí se comenta, como lo mejor que ha hecho Ulver en toda su dilatada trayectoria. Con temas como “Eos”, se inicia la reflexión introspectiva en la que te sumergen envolventes ambientaciones, lentas melodías donde la dulce voz de Garm dirige la calma y densidad de un sueño único. Una vez captado toda nuestra atención con esta excelente apertura, apenas notamos como se adentra la siguiente composición, “All the love”, que profundiza en los sentimientos más íntimos, empleando bellas melodías de pianos, percusiones y trompetas. Tremendamente cercano al ser humano y a todos sus alegrías y desdichas, susurrando y sumándose como un instrumento más la voz de Garm. Con “Like music”, continúan las estructura musicales creadas con base en composiciones para piano, que ceden ante la primera demostración de la inquietud musical de Ulver y de su continúa experimentación, obteniendo como resultado un pasaje de oscura e inquietante sensación. “Vigil” sigue este mismo esquema de atmósferas radiantes, ¿cuánta belleza escapa a nuestra razón en estas canciones?. El disco continúa alternando pensamientos silenciados con expresiones arriesgadas del virtuosismo creativo, a veces rozando el exceso, hasta llegar a una relajante versión del “Solitude” de Black Sabbath. La oscuridad sombría todavía no ha desaparecido y vuelve a renacer con “Funebre”, otro tema con intercambio instrumental, de piano a violín con esa facilidad con la que se cruzan lamentos de tristeza y melancolía. La música ambiental y electrónica vuelve a estar presente en “What happened”, profundizando en la eternidad que yace junto a nosotros, solos y de frente a las melodías complejas de este final que expira tras unos minutos de silencio. No quiero terminar este comentario sin destacar la extensa instrumentación, la encomiable labor de las cuerdas, piano, percusiones o sintetizadores que vuelan por los cuarenta minutos de un trabajo experimental de luces y sombras. Una ambientación intimista que no puede causar indeferencia, superando con creces su anterior “Blood inside”. 8,2.

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