jueves, 17 de diciembre de 2009

OSTARA. THE ONLY SOLACE.


Tengo la sensación con algunos grupos de haber escuchado ya sus mejores discos y a pesar de seguir publicando otros trabajos, en el caso de Ostara incluso probando distintos estilos, no llegan a alcanzar el nivel de clásicos como “Secret homeland” o “Kingdone gone” y lo que es peor, parecen estar muy lejos de aquellos años donde Ostara sorprendía con frescura en la escena neofolk. Después de dos discos encaminados hacia latitudes cercanas al darkfolk eléctrico o rock atmosférico, sin duda un cambio drástico en su trayectoria dirigido a una audiencia más comercial, han decidido retornar a sus raíces y a esa tendencia pop y dark-wave con la que lograron sus mejores resultados. Salvo algunas canciones como “Victory surrender”, “The first day of summer” o “Calling to the storms”, con melodías interesantes, el resto del álbum apenas transmite algo más que se pueda destacar, Richard Leviathan sigue imponiendo el carácter personal de su voz junto con el trabajo realizado en los textos de las canciones, lo más relevante de este “The Only solace”, sin olvidar la colaboración, una vez más, de Matt Howden en el violín. Los 14 temas del cd son, casi en su totalidad, baladas pegadizas dentro de la tónica habitual de este álbum construido fundamentalmente sobre la guitarra acústica, algún teclado y leves coros para acompañar a R. Leviathan con ese acento en las canciones que llega por momentos a ser empalagoso, al menos a mi gusto. En resumen, una propuesta recomendada únicamente a fieles seguidores de estos británicos, de agradable escucha en un inicio con cierto encanto para ir perdiendo poco a poco ese atractivo y del que soy incapaz de sacar un mayor provecho de lo ya dicho. 6,4.

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