domingo, 14 de febrero de 2010

DARKWOOD. INS DUNKLE LAND.


Séptimo álbum de estudio de Darkwood, uno de los estandartes del estilo darkfolk clásico que sigue activo después de más una década deleitándonos con buenos trabajos. Del mismo modo que ocurría con su anterior “Notwendfeuer” Henryk Vogel parece haberse situado en su mejor momento compositivo, al tiempo que ha alcanzado un grado de madurez importante y eso se nota, no solo con el estilo tradicional neofolk, basado en la guitarra acústica, sino también en otros muchos detalles que se suman al sonido habitual y que en una primera escucha no parecen destacar, pero que a medida que profundizas en sus canciones se abren en multitud de arreglos, en una voz mucho más dulcificada y menos severa que en anteriores discos (tal vez por el uso mayoritario del inglés en lugar del alemán) y en una apertura a experimentar en la parte final del disco con un toque industrial y en la alternancia de la guitarra al bajo con voz recitada. Con este “Ins Dunkle land”, Darkwood reincide en lo que mejor sabe hacer y no voy a negar que a veces es necesario cuando te gusta un estilo de música, saber que hay artistas que no te van a sorprender por otros derroteros y poder volver a escuchar otro gran disco de darkfolk. El cd comienza con “Schattenfahrt” que sirve de introducción de aires marciales (por un momento me acordé de su segundo álbum “Heimat und jugend”) a la reposada calma de “Caucasian Tales”, una de las mejores composiciones de toda la trayectoria de H. Vogel al que se incorpora, junto a la lenta guitarra, un sonido de acordeón disimulado en el fondo y unas notas de teclado final que aportan cierta melancolía. Hay temas típicos que podían haberse incluido en cualquiera de sus discos como “Like chatter”, y otros más dinámicos como “Break of down”, en el que se aporta una segunda voz cubriendo a H.Vogel que marca el tempo del acto, dominando la situación entre susurros (recordándome en ocasiones la presencia de Ian Read) y una melodía que fascina. Los temas centrales recuperan el protagonismo general de la guitarra acústica, aunque se pueden disfrutar de otros bellos instrumentos como el violonchelo y el violín en “Bunter Staub”, de lento desarrollo aunque no tedioso; ya con algunas percusiones encontramos “Flammend morgen” donde vuelven los textos en su lengua nativa, la que le ofrece mayor personalidad y mejor se adapta a su estilo. Los últimos temas se dirigen a desarrollar nuevos caminos, ofreciendo otra vertiente menos clásica a la que nos tiene acostumbrado y del que, me parece, se obtienen los temas menos brillantes. En su conjunto, puede considerarse a “Ins dunkle land” como uno de los mejores álbumes de darkfolk de 2009 y otro buen disco, imprescindible, para los seguidores de Darkwood. 9,0.

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