Klimt 1918 + Quaoar (23/01/2010).

Ya tenía ganas de disfrutar de un concierto de Klimt 1918, y dado que se trataba de su primera visita a tierras nacionales no podía desaprovecharse esta ocasión, de manera que allí nos situamos en Ritmo y compás para ver la actuación de estos italianos. Cuando llegamos, acababa de comenzar Quaoar, una banda nacional de metal-rock progresivo que parecía gustar al público asistente y de los que no puedo opinar por desconocimiento de su música, salvo que en directo sonaban bien, decididos y potentes sobre el escenario. De Klimt 1918 me esperaba un concierto breve y directo, que se centrara en su último álbum “Just in Case We'll Never Meet Again” y a la vista de lo acontecido, no iba mal encaminado si bien el concierto cumplió con el tiempo mínimo que se debe exigir a una banda como Klimt 1918, que merece la pena ver en concierto ya que no son muchos los grupos de sus características que ha hecho de su sonido una mezcla de estilos derivados del Indie rock, dark-wave o del metal ya que algunos quieren ver en ellos a unos sucesores de Anathema o Katatonia. Injustificadamente el mercado nacional e internacional no les reconoce toda su calidad y talento, en otras ocasiones, bandas como ésta despegan tremendamente en popularidad y venta de discos, no es el caso de Klimt 1918 ya sea por falta de promoción, una discográfica más centrada en sonidos del metal o de un insuficiente apoyo que les encumbra a llegar a un público más amplio. Su directo comenzó con una larga introducción revolucionaria del Che Guevara, a la que siguió las canciones más exitosas de su último cd, sonaron realmente espectacular “Breathtaking Days”, “Skygazer” de riffs potentes y “Ghost of a Tape Listener” y poco a poco se fueron entremezclando los temas antiguos del anterior Dopoguerra (fantástica “Snow of 85” y “They were wed by the sea”) o Undressed momento con los más recientes como “The graduate”. Tras un bis de dos canciones más, la banda liderada por los hermanos Soellner, Marco (voz y guitarra) y Paolo (batería) daba por finalizado el directo en el que demostró tener tablas y experiencia sobrada para encandilar al público madrileño al tiempo que realizaban un concierto sobrio y sin adornos innecesarios.